Después de casi una década de trabajo, un equipo liderado por la Dra. Carmen Fiuza Luces, responsable del grupo de investigación en Actividad Física y Salud del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12), y el Dr. Alejandro Lucía, Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte, ha demostrado que una práctica pautada y continuada de ejercicio físico puede acelerar la recuperación de niños con cáncer. Este hallazgo supone un cambio de paradigma respecto a la tradición de mantener a los pacientes oncológicos pediátricos en reposo, superprotegidos, mientras se produce una pérdida de masa muscular y de capacidades funcionales.

A partir de este hallazgo, la Fundación Unoentrecienmil ha emprendido un proyecto, la ‘Aceleradora Unoentrecienmil’, para dotar a los hospitales oncológicos infantiles y adolescentes de una unidad de terapia de ejercicio físico. El hospital de La Paz será el primero en disponer de este gimnasio oncológico, asociado a una plataforma digital que recopilará todos los datos sobre el ejercicio de los menores para que puedan ser utilizados en investigaciones.

El trabajo del equipo de la Dra. Carmen Fiuza (primero con niños supervivientes de cáncer, más tarde con pacientes en tratamiento por leucemia y, en última instancia, con pacientes con tumores sólidos) demuestra que el ejercicio es seguro para los pacientes, que ayuda a revertir algunos efectos secundarios del tratamiento como la atrofia muscular y proporciona resultados positivos tanto a nivel físico como psicológico. “La práctica continuada del ejercicio físico reduce en un 17% el tiempo de hospitalización de un niño enfermo y algunos de los síntomas más comunes de las terapias oncológicas”, resume la doctora.

Producto de estas conclusiones, los hospitales madrileños Niño Jesús y 12 de Octubre ya disponen de educadores físicos y entrenadores a disposición de los oncólogos y las familias que pretendan incorporar esta terapia no farmacológica. Mientras, Unoentrecienmil ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para construir gimnasios en otros hospitales.

La terapia depende del estado del niño y hace hincapié en los ejercicios de fuerza, combinados con trabajo aeróbico, indica la  Dra. Fiuza. Los especialistas adaptan las pautas a cada paciente y a cada tipo de cáncer y, en general, se realizan tres sesiones a la semana de una hora de duración. En el horizonte, que los médicos prescriban el ejercicio físico como parte del tratamiento oncológico, apunta la investigadora.

 FUENTE: LA VANGUARDIA; LA RAZONeuropa press