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Noticias

Investigadores/as del Instituto i+12 demuestran por primera vez que un tratamiento para tuberculosis y VIH funciona también en bebés

El Grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Infecciosas Pediátricas, del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12, ha demostrado por primera vez que un tratamiento que ya funciona en niños mayores y adultos con tuberculosis (TB) y virus del sida (VIH) también es válido para bebés que tienen ambas enfermedades.

Se trata de dolutegravir, un antirretroviral utilizado habitualmente frente al VIH, pero que en la coinfección con tuberculosis precisa una dosis mayor.

Esta línea de investigación se ha realizado dentro del Proyecto EMPIRICAL, un proyecto que se centra en la infección por citomegalovirus (herpesvirus) y tuberculosis, ambas muy relacionadas entre sí por ser dos enfermedades que tienen síntomas similares y difícil diagnóstico, y se presentan principalmente en lactantes de países en vías de desarrollo, siendo también ambas muy frecuentes en niños con VIH.

Los expertos estiman que aproximadamente un millón de niños está en situación de riesgo y unos 10.000 podrían beneficiarse de esta terapia.

La pediatra Cinta Moraleda, una de las responsables del estudio, expone que se trata de un estudio de farmacocinética –dentro de un proyecto más amplio- que se ha realizado sobre 27 niños reclutados en diferentes países de África subsahariana.

“En adultos y en niños mayores, se sabe que al administrar el antirretroviral dolutegravir junto al tratamiento para la TB no funciona bien, y que hace falta aumentar la dosis del antirretroviral. Eso es lo que hemos demostrado también en niños entre un mes y un año. Conseguimos que el fármaco tenga niveles adecuados en sangre y así cumple su función para disminuir el virus y mejorar la salud de los niños”, comenta en declaraciones facilitadas a este medio.

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FUENTE: Diario Médico; Medicina Responsable

Investigadoras del Instituto i+12 y de la UCM lideran una investigación que demuestra que una terapia combinada resulta eficaz en el tratamiento del linfoma B agresivo

Una investigación liderada por investigadoras/es del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) demuestra la efectividad de una nueva terapia combinada basada en microRNAs para el tratamiento del linfoma difuso de células B grandes (DLBCL), el linfoma de células B agresivo más común.

El DLBCL generalmente se trata con quimioterapia, pero muchos pacientes no responden o recaen después del tratamiento.

En este trabajo, publicado en Cell Death & Disease se ha analizado el potencial terapéutico del microARN supresor de tumores miR-28 solo o en combinación con el fármaco que se emplea en estos linfomas, ibrutinib, un inhibidor de la proteína tirosina quinasa de Bruton, una proteína esencial para la proliferación de las células B tumorales.

“La terapia combinada con miR-28 más ibrutinib potenció los efectos antitumorales de la monoterapia con cualquiera de los agentes al inducir un programa transcripcional de parada de la división celular que impide la replicación del ADN”, destaca Virginia García de Yébenes Mena, investigadora del Departamento Inmunología, Oftalmología y ORL de la UCM y responsable del grupo de investigación Inmunobiología Linfocitaria del Instituto i+12.

El proyecto, realizado en colaboración con investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), se ha desarrollado en el transcurso de cinco años de investigación y es la base de la tesis doctoral de Teresa Fuertes Novella, primera autora del artículo.

LAS PERSPECTIVAS TERAPÉUTICAS DE LOS microRNA

Para el desarrollo del trabajo se han combinado ensayos de crecimiento de distintitos subtipos de linfomas B agresivos humanos in vitro e in vivo, utilizando modelos de crecimiento en ratones inmunodeficientes. Se ha analizado el efecto de la terapia combinada de miR-28 e ibrutinib en la división y muerte celular, la replicación del ADN y la inducción de programas transcripcionales específicos.

Otra de las conclusiones de este trabajo es que se identificado el conjunto de genes cuya expresión cambia con el tratamiento «miR-28+ibrutinib”” como un predictor de supervivencia en pacientes con linfoma difuso de células B grandes (DLBCL).

Los micro-RNA regulan la expresión génica en una gran variedad de tipos celulares y procesos fisiológicos, entre ellos el cáncer. En concreto, el microRNA miR-28 bloquea el crecimiento de linfomas B.

“La posibilidad de manipular la expresión de miRNAs in vivo mediante la administración de análogos o inhibidores sintéticos de miRNAs ha abierto nuevas y apasionantes perspectivas terapéuticas para el tratamiento de numerosas enfermedades”.

Además, la terapia basada en microARNs tiene la capacidad de inhibir simultáneamente múltiples genes codificantes de proteínas de una misma vía de señalización a diferentes niveles, evitando así los mecanismos compensatorios que generan resistencia al tratamiento.

“Este trabajo es la base científica para el desarrollo de una nueva terapia más eficaz y específica para el tratamiento de pacientes con linfoma difuso de células B grandes (DLBCL), el linfoma de células B agresivo más común y cuya supervivencia para el subtipo genético ABC-DLBCL es inferior al 40% con los tratamientos actuales”, concluye Fuertes Novella.

FUENTE: Unidad Cultura Científica UCM; Noticias H12O

Referencia bibliográfica: Fuertes, T., Álvarez-Corrales, E., Gómez-Escolar, C. et al. miR-28-based combination therapy impairs aggressive B cell lymphoma growth by rewiring DNA replication. Cell Death Dis 14, 687 (2023). DOI: 10.1038/s41419-023-06178-0.

Células ganglionares de la retina de alta pureza, prometedora vía para neuropatías ópticas

Va a cumplirse un año desde que el equipo de la Dra. Esther Gallardo Pérez, investigadora responsable del Grupo de Investigación Traslacional con Células iPS del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12), junto con la Fundación ONCE, iniciaba un innovador proyecto cuyo objetivo era generar un nuevo tipo de células ganglionares de la retina para intentar restaurar la vista en ciertas neuropatías ópticas.

La atrofia óptica aislada, patología en la que se centraba el citado proyecto, era la principal protagonista, una patología que se origina por la pérdida o muerte de un tipo de neuronas de la retina: las células ganglionares y que, desafortunadamente, carece de un tratamiento efectivo.

Un año después, el mismo equipo y la ONCE, inician la segunda fase de este proyecto de investigación cuyo objetivo esmejorar e incluso restaurar la visión en personas con neuropatías ópticas. «Estas patologías se producen como consecuencia de la pérdida de las células ganglionares de la retina (RGCs), que son las neuronas del ojo y que pueden ser causa de ceguera», indica la Dra. Gallardo.

Las manifestaciones clínicas de este tipo de patologías son muy heterogéneas y pueden generarse por causas vasculares, inflamatorias, tóxiconutricionales e incluso traumáticas, por un accidente, entre otras. Pero, también existe un grupo de neuropatías ópticas, que son con las que trabaja el equipo el grupo de investigación del +12 en el laboratorio; las denominadas neuropatías ópticas hereditarias.

En esta investigación, los profesionales se han centrado en la atrofia óptica dominante; «una enfermedad rara, progresiva e irreversible que la convierte en una de las principales causas de ceguera. «Puede ser aislada, pero a veces también es sindrómica; no solo causa ceguera sino que también puede originar alteraciones no visuales como miopatías, sordera, neuropatía periférica y ataxia, entre otras características clínicas», señala la Dra. Gallardo.

Enfermedad rara y sin terapia eficaz  

Esta enfermedad es una de las formas más frecuentes de neuropatía óptica hereditaria que conduce a una degeneración específica de las células ganglionares de la retina (RGCs), lo que compromete la transmisión de la información visual de la retina al cerebro.

La prevalencia oscila, según señalaba la investigadora, entre 1 caso por 10.000 habitantes a 1 caso por 50.000 habitantes. La edad de inicio, la expresión y la progresión de la enfermedad es muy heterogénea, «lo que implica que, a veces, se diagnostique tarde porque el afectado, los padres, cuidadores o profesores, no se dan cuenta de la alteración hasta que va avanzando. Así, la edad de inicio es variable, al igual que la progresión y la expresión».

La patología se origina por la pérdida o muerte de un tipo de neuronas de la retina: las células ganglionares de la retina y desafortunadamente, carece de un tratamiento efectivo.

También cursan con pérdida de células ganglionares de la retina, la neuropatía óptica hereditaria de Leber o el glaucoma.

De esta forma, el objetivo de la línea de investigación del Grupo de Investigación Traslacional con Células iPS del i+12 es crear en laboratorio células ganglionares de la retina de alta pureza y en suficiente cantidad como para sustituir las que están dañadas en pacientes con este tipo de patologías.

Su primera fase de un año de desarrollo se centró en la búsqueda y producción de materiales que permitieran generar este tipo de células. Un objetivo que, según la Dra. Gallardo, se ha logrado pero «solo parcialmente porque las células creadas están mezcladas con otras, es decir no tienen la suficiente pureza y, además, no se generan en número suficiente, apenas un 30% de las necesarias»

 

FUENTE: Diario Médico

El Instituto i+12 y el CNIC participan en un proyecto europeo para reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes

El Instituto de Investigación Sanitaria Hospital 12 de Octubre (i+12), representando al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), colidera junto al Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), uno de los grupos de trabajo de la Acción Conjunta de la Unión Europea «Acción Conjunta sobre Enfermedades Cardiovasculares y Diabetes (JACARDI)», cuyo objetivo es reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.»

JACARDI es un nuevo proyecto de cuatro años de duración en la que participan ministerios, organismos de salud pública, organizaciones no gubernamentales y universidades, y que tiene como objetivo ayudar a los Estados miembros de la UE a reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares (ECV), la diabetes y los factores de riesgo asociados, tanto a nivel individual como social.

Las ECV siguen siendo la principal causa de muerte en la UE, afectando a unos 63 millones de personas. La prevalencia de la diabetes también ha aumentado drásticamente y el número de adultos que viven con la patología casi se duplicó en la última década, alcanzando los 32,3 millones en 2019. Estas enfermedades crónicas suponen una amenaza importante para la salud y el bienestar de las personas, al tiempo que ponen a prueba los sistemas sanitarios y obstaculizan el desarrollo social y económico.

Una respuesta europea coordinada de una escala sin precedentes

JACARDI surge como una respuesta europea unificada al creciente desafío de las ECV y la diabetes. El proyecto se centrará en la implementación de prácticas probadas y efectivas en el tratamiento de las ECV y la diabetes a través de la ejecución de 11 paquetes de trabajo y 143 proyectos piloto.

La iniciativa está coordinada por el Instituto Nacional de Salud de Italia (ISS) y ha recibido una financiación de 53 millones de euros de la Comisión Europea. Reúne a 21 países europeos, incluida Ucrania, y cuenta con la participación de 76 socios y más de 300 expertos en salud pública.

Objetivos marcados para dejar un legado duradero

JACARDI probará y ofrecerá soluciones a lo largo de todo el recorrido del paciente, incluyendo la prevención, la detección temprana, el tratamiento, la atención y la autogestión con el fin de alcanzar los siguientes objetivos:

  • Mejorar la alfabetización sanitaria y sensibilizar a la población general sobre las ECV y la diabetes.
  • Implementar medidas efectivas de prevención primaria, detección y mejores vías de atención para las ECV y la diabetes entre los grupos de alto riesgo.
  • Optimizar el apoyo a la autogestión y la participación en el mercado laboral de las personas diagnosticadas de ECV y diabetes.
  • Mejorar la disponibilidad, la calidad y la accesibilidad de los datos a lo largo del recorrido del paciente.
  • Promover la equidad en el acceso a los servicios de salud y a la información, asegurando que todas las personas tengan las mismas oportunidades, independientemente de su dominio del idioma, habilidades, edad o situación de vida.

Un compromiso con un futuro más saludable

JACARDI representa un importante paso adelante en la lucha contra las ECV y la diabetes en Europa. El enfoque prioriza abordar los desafíos complejos de salud de manera inclusiva, con un enfoque en los determinantes sociales y comerciales de la salud, la diversidad cultural y la equidad.

El proyecto identificará las dimensiones sociales clave de las desigualdades en las ECV y la diabetes, y desarrollará una metodología común para la implementación y evaluación de los proyectos piloto. JACARDI hace hincapié en la cooperación local y transnacional, el intercambio de conocimientos y la aplicación, y respalda las prácticas sostenibles para obtener resultados impactantes, incluido el codiseño efectivo entre la ciencia y la política.

Además, promueve la equidad de género en el liderazgo en salud pública, abogando por un modelo de gobernanza colaborativo e inclusivo que empodere a las generaciones más jóvenes y fomente comunidades más saludables, resilientes y justas para millones de europeos.

CNIC y el Instituto de Investigación Sanitaria Hospital 12 de Octubre (i+12) – SERMAS trabajarán juntos en esta acción. La colaboración entre las dos instituciones ha permitido que España colidere una de las líneas estratégicas de JACARDI que permitirá conocer los datos existentes sobre ECV y diabetes, estandarizar y armonizar los métodos de recopilación de datos, mejorar los mecanismos de intercambio de estos datos para la creación de una red dedicada a registros de diabetes y ECV en Europa.

Esta red serviría como plataforma para compartir mejores prácticas entre los estados miembros, fomentando la colaboración y apoyando el diseño e implementación de estrategias.

CNIC y el Instituto de Investigación Sanitaria Hospital 12 de Octubre (i+12) – SERMAS participarán, además, en el diseño e implementación de 4 proyectos piloto que abordarán cuestiones como las diferencias de género en la salud o la ayuda al autocuidado en pacientes con ECV.

Según Héctor Bueno, codirector del grupo de trabajo, coordinador del área clínica de hospitalización y de la investigación del Servicio de Cardiología del Hospital 12 de Octubre y líder de un grupo de investigación del CNIC, y del Instituto i+12 de Investigación Cardiovascular Multidisciplinar Traslacional  “es fundamental crear registros que recojan la información necesaria y actualizada para conocer la situación de la salud cardiovascular de la población europea, sus determinantes y tendencias  y que permitan definir las políticas y acciones de mejora necesarias y las preguntas relevantes para la investigación».

Por su parte, Fátima Sánchez-Cabo, Jefa de la Unidad de Bioinformática del CNIC, considera que “esta acción nos va a dotar de las herramientas necesarias para poder aplicar la inteligencia artificial de manera efectiva en las enfermedades cardiovasculares».

El Instituto i+12 y la ONCE inician la segunda fase de un proyecto para encontrar soluciones a la pérdida de visión de pacientes con neuropatías ópticas

El Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (Instituto i+12), inicia junto a la ONCE la segunda fase de un proyecto de investigación cuyo objetivo es mejorar e incluso restaurar la visión en personas con neuropatías ópticas, un tipo de patología que es causa frecuente de ceguera. Se trata de crear en el laboratorio células ganglionares puras de la retina y en suficiente cantidad como para sustituir las que están dañadas en pacientes con este tipo de patologías. Las células ganglionares son un tipo de células que forman parte de la retina y cuya principal función es la de enviar al cerebro las señales que se convertirán en las imágenes que vemos.

Este trabajo tuvo una primera fase de un año que consistió en la búsqueda y producción de materiales que permitieran generar este tipo de células. Un objetivo que, según la doctora Mª Esther Gallardo, investigadora principal de este proyecto del Instituto i+12, se ha logrado pero solo parcialmente porque las células creadas están mezcladas con otras, es decir no tienen la suficiente pureza y, además, no se generan en número suficiente, apenas un 30 por ciento de las necesarias.

Para la creación de células ganglionares de la retina de alta pureza, el grupo de investigación liderado por la doctora Mª Esther Gallardo utiliza tecnología de iPSCs -un tipo de células madre creadas en laboratorio y que pueden dar lugar a cualquier tipo de célula del cuerpo-, combinadas con biomateriales que, en esta segunda fase serán texturizados. Es decir, crearán sobre ellos estructuras como pilares, canales o agujeros utilizando unos láseres, denominados de femtosegundo, que trabajan en millonésimas de segundo y que reproducen con la máxima precisión las microincisiones a realizar.

Según la doctora Gallardo “esperamos que, al texturizar los materiales, las células crezcan más orientadas, más funcionales y en cantidad suficiente para ser susceptibles de aplicar en terapias de reemplazamiento de las células dañadas o perdidas”.

Las neuropatías ópticas son una causa frecuente de ceguera. Son muy heterogéneas y tienen etiologías muy diversas, entre las que se incluyen las hereditarias, como es el caso de la atrofia óptica dominante, una enfermedad rara y progresiva que suele causar pérdida de visión y que no tiene tratamiento. Se trata de una de las formas de neuropatía más frecuente, en la que se produce una degeneración específica de las células ganglionares de la retina lo que compromete la transmisión de la información visual desde ésta al cerebro. También cursan con pérdida de células ganglionares de la retina, la neuropatía óptica hereditaria de Leber o el glaucoma.

Proyecto del «Grupo de Investigación Traslacional con Células iPS» del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12, liderado por la doctora Mª Esther Gallardo (Investigadora principal del proyecto colaborativo entre el i+12 y la ONCE).

FUENTE: Comunicación H12O.

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